lunes, 4 de mayo de 2009

Contra un bibliómano ignorante

Uno de los motivos más fuertes que nos impulsan a escribir esta bitácora es el rescate de aquellos escritos y/o autores que, de otro modo, quedarían relegados al olvido. La cultura occidental, globalizada, ha transformado casi todo en efímero, pasajero, uniforme y olvidable. Algunos nunca nos resignaremos a que esto sea, indefectiblemente, así.

El texto que compartimos hoy Contra un bibliómano ignorante pertenece a Luciano de Samosata (125-181) , escritor satírico y escéptico de origen sirio, que utilizó el griego en su escritura. Este breve ensayo lo leí hace 6 años en una página web: Portal del Libro, que ya no existe más.

Y cómo me parece, y creo que Uds. compartirán conmigo, hay en el tema del libro antiguo muchos charlatanes de feria que hablan, sólo porque Dios le dió ese don, y se pavonean de lo que saben y/o de lo que poseen (dime de que alardeas y te diré de que careces); Luciano, hace más de 1.800 años ya los ponía en vereda, y los desenmascara con sorna y agudeza.

De Wikipedia extraje la siguiente cita que pertenece a El pescador: "Odio a los impostores, pícaros, embusteros y soberbios y a toda la raza de los malvados, que son innumerables, como sabes... Pero conozco también a la perfección el arte contrario a éste, o sea, el que tiene por móvil el amor: amo la belleza, la verdad, la sencillez y cuanto merece ser amado. Sin embargo, hacia muy pocos debo poner en práctica tal arte, mientras que debo ejercer para con muchos el opuesto. Corro así el riesgo de ir olvidando uno por falta de ejercicio y de ir conociendo demasiado bien el otro."

Como podemos ver la impostura y la soberbia son dos males que han acompañado a los hombres en todas las épocas, con ropas diversas y variados camuflajes. Aunque los collares sean distintos, el perro sigue siendo el mismo.

A no bajar la guardia, y a disfrutar de un cálamo tan agudo.